España se sitúa por delante de Dinamarca, Francia y Reino Unido en la cría de peces, al cierre del año pasado, con 290.000 toneladas y un crecimiento del 35% entre 2004 y 2008
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Ha crecido a un ritmo de un 8,7% desde 1970 frente al 2’8% del resto de sistemas terrestres de producción cárnica
España, según los datos facilitados por la Asociación Empresarial de Productores de Cultivos Marinos de España, APROMAR, es el primer productor acuícola de la Unión Europea. Lidera la producción por delante de Dinamarca, Francia y Reino Unido con más de 290.000 toneladas en 2008, según la junta española de cultivos marinos, Jacumar. Del montante total, el 78% pertenece a los moluscos y el 22% restante a peces.La facturación total resultante de la comercialización de la primera venta de los pescados de crianza españoles ascendió en 2007 a 216,3 millones de euros, tal y como dice el último informe de APROMAR
Según la Real Academia Española, la acuicultura es la técnica del cultivo de especies acuáticas vegetales y animales. Profundizando en esta definición podríamos añadir que se trata de una actividad que se refiere a la acción e intercambio comercial productivo con el fin de remplazar y mejorar las condiciones de los organismos que se cultivan en su medio natural.
Se dice que es en China, en el 3.500 a.C. de cuándo datan las primeras referencias acuícolas. Pasando por tratados de Aristóteles y ciertas referencias históricas en abadías y monasterios medievales, el hecho que sentó precedente se fecha en 1842 cuando dos pescadores franceses consiguieron criar alevines de truchas y dada la importancia del hecho, la Academia de las Ciencias de París decidió profundizar en el hallazgo y creó el primer centro de investigación en acuicultura.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), considera que esta actividad contribuye a la seguridad alimentaria, a la reducción de la pobreza y al desarrollo económico con un leve impacto sobre el medio ambiente y generando máximos beneficios para la sociedad.
A nivel mundial el sector ha aumentado por término medio el 8,7% al año desde 1970, frente a un 2,8% en los sistemas terrestres de producción de carne. Aunque la producción acuícola europea sólo supone el 3% del global mundial, es líder en especies como el salmón atlántico, la trucha, la lubina, la dorada, el rodaballo o el mejillón.
A la cabeza de Europa
Aunque la producción acuícola en España ha sufrido importantes fluctuaciones en el período 2004-2008, la cantidad total de peces en este período ha experimentado un incremento total del 35%, fomentado por las mejoras introducidas en los métodos de cultivo de dorada y lubinas, especies que experimentaron una tendencia muy positiva entre 2004-2008.
Según APROMAR, el éxito de la acuicultura moderna se basa en el control sobre la reproducción de las especies, el mejor conocimiento para su biología, las innovaciones tecnológicas y el desarrollo de alimentos específicos.
La acuicultura es un ámbito en crecimiento y expansión, por lo que las perspectivas de futuro son bastante alentadoras. Se prevé que en 2015, según el diagnóstico sectorial en cumplimiento y realización del plan de inversiones previsto, podrían alcanzarse las 148.000 toneladas.
Retos para el desarrollo
Las perspectivas de crecimiento en el sector son esperanzadoras sin embargo, hay que superar varios obstáculos ya que la producción se enfrenta a un fuerte encarecimiento de las materias primas: tanto el coste de los piensos como la energía necesaria para mover los barcos (gasóleo, gasolina…) reducen los márgenes de beneficio.
La FAO, tras la cumbre mundial de Roma de 2008, estableció que la producción mundial de alimento deberá crecer un 50%, y será la acuicultura la que juegue un papel clave por varios motivos: hace un uso más eficiente de los recursos naturales, reduce y controla el impacto ambiental, los alimentos obtenidos tienen un alto valor nutricional y alta seguridad alimentaria a un precio competitivo con la posibilidad de regular sus productos.
